
Relámpagos, rayos y centellas caen hoy. Lágrimas como puños golpean las ventanas de una vieja casa pidiendo entrar. Un ritmo continuo,constante que no llega a ensordecer pero tampoco deja indiferente a quien habita hasta ahora una seca y pacífica morada. El habitante decide dejar entrar al aguacero de forma hospitalaria. Desagradecida la Tormenta atormenta a su posadero con sus húmedos tentáculos. Sumiéndole en la desdicha. Tormenta se marchó aunque su paso causó estragos en la casa, alterando el orden lógico de los muebles y mojando papeles que nunca más podrán estar secos. Nadie ayudó a limpiar.
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