martes, 16 de abril de 2013

El espejo partido en dos.

Sigo sin saber que hacer con ese beso que quiere decir no,
ese gesto que te invita a abrazar y esos labios que te dicen
que ya está, que no quiero de ti ya nada más.
Sigo sin creer que el corazón tira para un lado
y tu cabeza para otro, y tu aún no te hayas roto,
partida en dos, como el mío.
Sigo pensando en el ayer como el león de la victoria
rojo como la pasión y la sangre que hierve cuando
siento tu piel, caliente al tacto.
Quise seguir sin querer conseguir llegar al final del
camino, a las noches del olvido y al colgar de la pared
con un marco de laureles a jirones los papeles que
llené de tinta negra , al pensar en tu sonrisa que es
diamante y no de piedra Que dura pesa en mi alegría
y en la tristeza de la lejanía del alma partida en dos.

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