martes, 7 de mayo de 2013

Yo bailé con el fuego.

Me enamoré del fuego, tiene cuerpo de mujer
y una larga cabellera.
No es roja como la sangre,
 si no  color negro carbón.
 Su piel es caliente, no como las brasas,
 si no como el cálido rayo de luz
de un día de primavera, zambullirse en un río de alegría

Me enamoré de las llamas, y bailé con ellas.
 Y las abracé a brazos tendidos, prendí y las ascuas deboraron mi yo,
sin compasión, ahora no soy más que un Fénix
que se convirtió en cenizas un polluelo que prendido en llamas
que se encuentra en la fase más vulnerable de su ser,
 no es el fin de mi existencia , solo esperaré impasible a que la felicidad crezca
como las plumas, y mis alas me puedan permitir volar.

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